Shiva, el gran dios del Hinduismo

Shiva es uno de los dioses más importantes del hinduísmo y es más adorado en toda India, significa literalmente "el auspicioso" y es conocido también como Mahadeva "el gran dios".

El hinduismo es una de las principales religiones de la India, pero no la única. India como un país grande y diverso acoge muchas religiones y creencias. Para nosotros los occidentales, el hinduismo nos puede parecer algo de lo más extraño, tantos dioses tantos nombres y todos con aspectos tan curiosos nos dan sensación de desconfianza si no nos explican bien de dónde viene toda su idiosincrasia.

A nosotros, bajo la mirada cristiana, se nos ha inculcado que hay solo un Dios para los hombres y pensar que hay muchos dioses es algo antiguo, de culturas poco civilizadas y lo que es peor una herejía que los conduce al infierno. La verdad que la explicación de por qué hay muchos dioses en India es mucho más simple y sencilla que la crítica que podemos hacer desde nuestra ignorancia. No es que existan muchos dioses, en el fondo sólo hay una fuerza creadora Brahman, que es la Consciencia Pura Universal, lo que pasa es que esta consciencia se manifiesta a través de diversas formas en nuestro plano terrenal y también en otros planos o mundos que se definen bajo la mirada védica. Entonces, una manera de entender, venerar y acercar esa consciencia que se manifiesta en múltiples formas, es dándole un nombre, un aspecto físico y unas cualidades específicas para que nuestro entendimiento humano lo asimile más fácilmente. Cuando ya sabes eso, se te abre el corazón y la mente, puedes entender y conectar con la energía de cada aspecto de lo divino desde otro lugar, desaparecen los juicios e incluso y puede llegar a ser muy entretenido conocer más detalles de las historias de cada dios.

Shiva, el auspicioso

“Om Namah Shivaya" Me inclino ante el señor Shiva Es un mantra muy poderoso que confiere al que lo recita la Beatitud Suprema de la Existencia.

Shiva, el tercer dios de la trinidad hindú

En la trimurti o trinidad hindú hay 3 dioses: Brahma, Vishnu y Shiva.

Brahma

Brahma, no es lo mismo que Brahman que hablábamos anteriormente, aquí es un dios con características específicas y no la Consciencia Universal y simboliza la creación, la deidad que dio origen al universo. Brahma con su mente crea todo el universo material, cuya creación en esta existencia se manifiesta como Maya o una ilusión. Crea entonces: el mundo plano (nuestro mundo, la Tierra) y todos los demás lokas o lugares, dimensiones, mundos, planetas y estrellas visibles e invisibles en el cielo, donde viven los dioses y otros seres. Brahma se representa como un hombre barbudo rojo o dorado, con cuatro cabezas y manos. Sus cuatro cabezas representan los cuatro Vedas y apuntan a los cuatro puntos cardinales.

Vishnu

Vishnu representa la preservación. Es considerado el guardián de los hombres, ya que protege el orden de las cosas (dharma) y aparece en la tierra en varias encarnaciones (avatares) para luchar contra los demonios y mantener la armonía cósmica. Vishnu se suele representar con la piel color azul (oscuro o pálido), y con cuatro brazos, pero es más célebremente identificado con sus avatares, más especialmente con Rama y principalmente con Krishna.

Shiva

Shiva simboliza el principio de la destrucción, regeneración y reabsorción del Universo. Aquí no nos referimos a destrucción como algo negativo, si no como algo que transforma, una fuerza necesaria para que surjan cosas y situaciones nuevas, una fuerza que impide el estancamiento. Por ejemplo, a nivel de crecimiento personal, esta fuerza es necesaria para dejar atrás viejos hábitos, pensamientos, emociones o estructuras dañinas y poder evolucionar en nuestro camino espiritual. También representa lo trascendente, ya que es el que conduce al hombre más allá de las formas.

Representación del dios Shiva

La forma más utilizada para representar al dios Shiva es en su forma humana, sentado en actitud meditativa. Su morada está en monte Kailash en los Himalayas junto con su mujer Parvati. Tiene 2 hijos: Ganesha, el dios con cabeza de elefante y Kartikeya, el dios de la guerra.

Tiene su cabello largo y una parte de él recogida en la coronilla o 7to chakra sahasrara, que lo identifica como el gran yogui, el rey de los ascetas. De su peinado cuelga una luna creciente que representa el poder del tiempo y de la noche. Tiene 3 ojos, el tercero en línea vertical que normalmente lo tiene cerrado, corresponde al 6to chakra ajna que ve más allá de lo visible y que destruye la ignorancia. Lleva 3 líneas horizontales pintadas con ceniza en su frente que representan los 3 ciclos de la vida: nacimiento, crecimiento y muerte. Alrededor de su cuello está una serpiente, que simboliza el ego. Una vez que es ya es dominado, no puede controlarnos ni hacernos daño. Su cuello es de color azul, símbolo de la victoria sobre el mal, al beberse todo el veneno que había sido vertido en los óceanos y así salvar a todos los seres del mundo. Dependiendo la representación puede tener 2 o 4 brazos y está desnudo, excepto por una piel de tigre sobre sus caderas y parte de su torso, a través de ella simboliza la victoria sobre toda fuerza y la conquista del deseo. Todo su cuerpo está cubierto con ceniza que señala la filosofía de la vida y la muerte y nos recuerda que la muerte es la realidad última de la vida. En una de sus manos lleva su arma, un tridente, que con sus 3 puntas representan las 3 cualidades de la naturaleza: la creación, la preservación y la destrucción. En otra mano lleva su tambor, el damaru, cuyo sonido es el origen de la palabra universal que da origen a todo lenguaje y expresión. En sus brazos, pelo y cuello lleva malas o collares sagrados de Rudraksha , la semilla sagrada con poderes espirituales y medicinales.

Shiva, el primer yogui

Shiva representa el Adiyogi o "primer yogui" y el más grande de todos los yoguis. El Yoga es una disciplina tradicional de India que involucra lo físico, mental y espiritual. Significa unión y el propósito último de su práctica es alcanzar el estado de samadhi o el estado de supra consciencia, trascendiendo todo lo ordinario, sensorial, el tiempo y el espacio.